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miércoles, 11 de abril de 2012

Olor a café...


Había disfrutado hasta hora de las noches, noches libres y con preocupaciones tan pero tan poco importantes como que programa de televisión ver, había disfrutado de hacer nada por un largo tiempo.
Digo había, por que la realidad me pego una cachetada y fue con un pequeño pero un decidor evento que descubrí el fin de mi paraíso de vagancia extrema había llegado a su fin.
Yo, sentado en mi escritorio a las 21 horas de un día marte preparando una cargada y amarga taza de café, ese aroma que se supone  debería invadir mis mañanas ahora también estaba presente en mis días y noches.
El aroma a café, sinónimo de noches en vela y pendientes que con suma urgencia debo resolver.
Así que señores de NESCAFE, cuando muestren en sus spot publicitarias imágenes de paradisiacos parajes o animosas mañanas junto al producto tengan en cuenta que ese famoso tarrito también tiene su lado malo, sinónimo de trabajos forzados, esclavitud y preocupaciones por certámenes o entregas que tal vez no tendrán buenos resultados.


A pesar de todo debo confesar que amo el café y a pesar de nuestra relación bipolar siempre estará en mi mesa.-


Saludos
@Juaner22